El presidente Yamandú Orsi participa en la IV Cumbre de Naciones Unidas sobre Financiación para el Desarrollo Sostenible en Sevilla, España, entre el 30 de junio y el 3 de julio.
“el multilateralismo no es solo una opción, sino el único camino viable para construir soluciones comunes, duraderas y justas para el bienestar de nuestras poblaciones”
La conferencia de las Naciones Unidas sobre Financiación para el Desarrollo Sostenible (FfD4) es el único foro en el que líderes de todos los gobiernos, junto con organizaciones internacionales y regionales, instituciones financieras y comerciales, empresas, sociedad civil y el sistema de las Naciones Unidas se reúnen al más alto nivel para reforzar la cooperación internacional. En su cuarta edición, la conferencia aborda nuevos temas así como la urgente necesidad de implementar plenamente los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y apoyar la reforma de la arquitectura financiera internacional. La FfD4 evaluará los avances en la implementación del Consenso de Monterrey, la Declaración de Doha y la Agenda de Acción de Addis Ababa en relación con la eficacia del desarrollo.
En su discurso en el debate general de la FfD4 el presidente Yamandú Orsi indicó que la reunión tiene lugar “en un contexto de grave cuestionamiento” del sistema multilateral, que se traduce en la multipolaridad de foros, alianzas y acuerdos que no representan la voluntad de la comunidad internacional en su conjunto, “sino posiciones circunstanciales que socavan aún más el sistema universal”.
“No podemos permitirnos un retroceso en la cooperación multilateral”, sentenció Orsi, a la vez que sostuvo que esos desafíos globales “superan con creces la capacidad de propuesta de cualquier estado por sí solo”, y añadió: «En un contexto de inestabilidad, el multilateralismo no es solo una opción, sino el único camino viable para construir soluciones comunes, duraderas y justas para el bienestar de nuestras poblaciones”.
El presidente de la República consideró que la erradicación de la pobreza “debe volver al centro del pacto global” y que, para ello, el financiamiento destinado al desarrollo “no puede ser un concepto abstracto, sino que debe traducirse en empleo digno, protección social, servicios públicos accesibles y oportunidades reales para salir de la pobreza en pleno respeto de los derechos humanos”.
Además, consideró que la justicia global no se construye tratando igual lo que es desigual y que los países en desarrollo “no solo enfrentan mayores vulnerabilidades, sino también menores márgenes de maniobra financiera”. Por eso, el mandatario catalogó como fundamental que los países más desarrollados “cumplan con sus compromisos internacionales y aumenten sustancialmente la provisión y movilización de recursos hacia los países en desarrollo”. Para Orsi «no solo se trata de asistencia oficial al desarrollo», sino de «construir mecanismos sostenibles y predecibles del financiamiento que respalden las transiciones productivas, sociales y ambientales en nuestros países”. Asimismo, dijo que el mundo debe trabajar para impulsar una reforma de la arquitectura financiera internacional que responda a los desafíos y crisis presentes y futuros. “Queremos alcanzar una gobernanza económica global más inclusiva, representativa, equitativa y eficaz”, indicó.
Cambio de paradigma en medición del desarrollo
Avanzar en esta dirección —prosiguió—, requiere también un cambio de paradigma en la medición del desarrollo y adoptar indicadores más allá del producto bruto interno, “con el fin de asignar de manera más justa el financiamiento y la cooperación internacional”. Orsi añadió que esas métricas “deben reflejar tres dimensiones del desarrollo sostenible: económica, social y ambiental”.
En ese sentido, valoró el impulso a instrumentos financieros innovadores como bonos sostenibles, canjes de deuda por clima o por desarrollo, “como alternativas concretas para ampliar las fuentes de financiamiento”. “Esas herramientas deben estar acompañadas de un entorno normativo que permita alinear las estrategias públicas con las inversiones privadas, bajo principios de sustentabilidad, trazabilidad e impacto en sus territorios”, afirmó. Y agregó: “Las personas son el centro de nuestras acciones y queremos continuar combatiendo las desigualdades”. Entre las prioridades estratégicas para “reducir esas fisuras” están la inversión social en educación, salud y el sistema de cuidados.
Yamandú Orsi promociona en Europa el modelo uruguayo de convivencia democrática
Para la prensa española, el presidente uruguayo llevó a la conferencia de Sevilla el clima de «compromiso democrático, el respeto institucional y la construcción de una convivencia pacífica” que imprimieron al país líderes como José Pepe Mujica.
En un contexto regional e internacional crispado, para las fuentes periodísticas citadas este escenario de convivencia democrática, se explica en parte por la solidez de los partidos políticos uruguayos, así como también influye la fortaleza de su cultura cívica, que incluye a las élites políticas y al conjunto de la sociedad.
Tras Sevilla, el presidente uruguayo viajará a Buenos Aires para una nueva cumbre del Mercosur, y cerrará su gira internacional en Río de Janeiro, adonde participará de la cumbre de los BRICS invitado por el presidente Lula da Silva. Las tres paradas resumen la impronta que la admnistración de izquierda quiere darle a la política exterior: multilateralismo y cooperación internacional, en especial entre los países del sur global. “Cuando se trata de elegir por la paz, Uruguay siempre está”, afirmó Orsi en alusión a la búsqueda de la resolución pacífica de los conflictos en el ámbito de la ONU.
En resumen, Uruguay tiene una fuerte tradición de solución de controversias, de mediación y compromiso con la paz; y el gobierno del presidente Orsi quiere involucrarse más activamente en esos procesos, desde una postura de neutralidad con valores.



